Más de 2.000 millones de pesos
han costado las armas blancas que se comercializaron durante el primer semestre
del año en Bogotá.
Roger Carrillo, concejal de Bogotá |
Cabildante Roger Carrillo
propone legislación para distribuidores, puntos de comercio y compradores.
Adelanta proposición en el Concejo de Bogotá para realizar debate.
A pesar de que la tasa de
homicidios ha disminuido, alcanzando los 17 casos por cada 100.000 habitantes,
y que parte de los positivos resultados se ha dado gracias a las estrategias
implementadas por las autoridades y el Gobierno Distrital -como la restricción
al porte de armas de fuego con salvoconducto-, el porte y comercialización de
armas blancas sigue siendo un dolor de cabeza para los ciudadanos.
Casi el 35 por ciento de los
715 homicidios que se presentaron en la capital del país, entre enero y julio,
se cometieron con armas blancas, de acuerdo a las cifras entregadas por la
Policía Judicial. “Un gran número de los delitos que se cometen en nuestra
ciudad se generan con armas blancas. Es fundamental crear una reglamentación
sobre la comercialización; generar controles de su venta y uso por parte de los
ciudadanos”, indicó el concejal Roger Carrillo, del Partido Conservador.
Las armas blancas se consiguen
fácilmente en las calles de Bogotá a precios irrisorios, que van desde los
2.000 pesos.
“Propongo una legislación en
la que se les prohíba a los vendedores informales vender este tipo de armas;
donde, además, los establecimientos
comerciales, debidamente registrados,
deban llevar un control de las personas a las que se les entregan las armas blancas,
llevando, a su vez, una secuencia o un código con el que se indique quién la
compro y cuál será su uso”, explicó el cabildante.
Ante el panorama, el concejal
Roger Carrillo ha venido adelantando una proposición para debatir el tema en el Cabildo y controlar el mercado callejero de las armas
blancas. En los próximos días llevará a
cabo el primer foro sobre seguridad ciudadana y porte de armas blancas en la
capital, que él mismo liderará.
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Mabel Rocio Castillo Pineda
Prensa y Relaciones Públicas