En el 2010, Antanas Mockus, con premonitoria intuición enarboló la bandera del “no todo vale” como pedagogía ciudadana que garantizara unos estándares éticos y asegurara el voto ciudadano consciente, libre de toda presión indebida, de toda promesa aleatoria e incumplible, o de precio por el voto y culpable mercadería. Desgraciadamente, ese principio democrático se fue debilitando, dando paso a un tinglado en el que se convirtió al adversario en enemigo, a la emulación en odio, abatiendo las barreras protectoras de la civilidad en la competencia por el poder y ahuyentando la moral y la decencia de la contienda política. Seguir leyendo
domingo, 17 de abril de 2022
El desgante de la democracia que afecta al pueblo
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