Mario González Vargas
En las elecciones del 2019 las
victorias de los candidatos alternativos, principalmente las logradas en
Bogotá, Medellín y Cali, suscitaron la percepción de apertura en el escenario
político colombiano. Fueron celebradas con bombos y platillos, replicadas por
la mayoría de los medios y consideradas por comentaristas y usuarios de las
redes sociales como el advenimiento de una nueva época en el manejo de la
política y del poder. Hoy, esa efervescencia se ha diluido en un sentimiento de
desencanto generalizado, por cuenta de erráticas decisiones y de la ejecución
de agendas que permanecieron ocultas en el trasegar de las campañas.
Claudia López ha resuelto controvertir en vez de gestionar y administrar. Enfrentó la pandemia con improvisaciones que pretendió ocultar con su permanente rencilla con el presidente y su gabinete, actitudes... Leer m ás
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