Por: Bernardo Socha Acosta
Pretender lograr la
sostenibilidad energética de Colombia a través de la explotación de yacimientos
de hidrocarburo a través del ya conocido y tan cuestionado fracking, no es solo un capricho atrasado y
atentatorio de la riqueza hídrica nacional, sino una demostración de obscurantismo y de
ignorar las oportunidades que tiene el país de aprovechar otras fuentes
energéticas como la solar y la eólica que no contaminan y no le hacen daño a la
naturaleza ni a la población.
Las pretensiones del gobierno
y de las bancadas del congreso de la república que se jactan de ser una
aplanadora que dominan a sus contrincantes y al país, son las peores acciones políticas
que los colombianos no podemos aceptar. Y
no podemos aceptar ni tolerar, porque, quienes con sentido de solidaridad social,
cuidamos y valoramos el agua, debemos condenar con airadas pero categóricas
posiciones, estos propósitos, o mejor, despropósitos de quienes han sido
elegidos por voluntad del pueblo en busca de una ejemplar representación en el
ente donde se hacer las leyes. Leer más
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