Por: Mario González Vargas
Se dice comúnmente que la
Historia es maestra y que ignorarla condena a las sociedades a la repetición de
sus más indeseables capítulos. El pasado es en efecto un organismo de siglos,
cuyo conocimiento ambiciona avizorar el futuro y contribuir a su realización.
Por ello, las obras maestras de la historiografía acuden al examen del pasado
para desentrañar el potencial que las acciones, hechos y realizaciones de
antaño pueden devenir en el ignoto futuro. Permite así que la imagen del mundo
pasado inspire al hombre en la construcción de mundos y sociedades mejores.
Ello explica el que la memoria histórica haya cumplido un papel esencial en el
desenvolvimiento de las civilizaciones que ha estimulado la crítica
constructiva de sus falencias y con ello el germen creador de sus más notorias
elaboraciones culturales. Leer más